
En chile, sin apellido, no eres nadie. Esta, es una larga y angosta faja de tierra, donde la oligarquía gobierna con naturalidad. Donde un apellido hace a la persona. Todos, quienes circulan en los puestos deseados, sus apellidos son los que brillan en el bronce de sus puertas caobas. El hecho de nombrar el apellido mas extranjero e irrelevante que puedes imaginar, te puede llevar a los lugares mas inhóspitos y descubrir un mundo nuevo por tener la importancia de llamarse.
En punta arenas, tener apellido croata, es un acto de alcurnia , un futuro asegurado, es una sonrisa fresca en el cura de colegio. Es una palmadita en la espalda de profesores y alumnados. Es doblar la cantidad de amigos para el cumpleaños, es pretender ingresar al rebaño de María Auxiliadora sin ser visto como un lobo. Es ser parte de una elite del cual ni tu ni yo , podemos comer en la mesa, a menos que seamos paisanos. ¿Se imaginan alguna vez este país gobernado por un apellido común?, ¿Se imaginan a un presidente, o presidenta, que se llame soto o Coliboro o Huenchur? , ¿Qué pasaría con sus ministros, esas ovejas vestidas en Versace dando explicaciones al ministro de relaciones exteriores de E.E.U.U. sobre el origen del apellido, y sobre todo de donde viene?. Es por eso que ese cargo , esta hecho para chilenos con apellidos rimbombantes. Porque es lógico, que un Pérez, no es lo mismo que un Aylwin, ni un soto igual a un Frei, ni un Marambio a lagos , pero si enfrente tenemos a una Bachelet contra una Kichnner, la cosa cambia. Suena parejo, ¿you anderstand?.
La importancia de llamarse, es una clave que no cambiara, aunque las ballenas se tomen el poder ( ojala a si sea algún día…), es una condición verídica que en los casi dos siglos de republica no pretende desaparecer, por el contrario, muta. Un joven revolucionario sangró en calle santa fé en la naciente dictadura militar de los setentas. Treinta y seis años después, fue su hijo, quien metio ruido algunos meses atras, poniendo su apellido en la palestra del escenario en este circo político. Escucharlo hablar es un manjar de los dioses, es una perfecta escena de moliere , es un ejercicio dadá, que tiñe a este gris paisaje amorfo- seudo- yankey- pais. Será su apellido, el que lo lleve, quizás, a una elección presidencial, o será su mediático estilo de vida, que por lo menos lo acerque a posicionar su apellido, con el premio de la perpetuidad. Asi, sus hijos y los hijos de sus hijos , podrán optar en algún minuto, a tener el pretexto de seguir con la “tradición”, alguien que se sienta tocado por la bendición guerrillera del mas allá , que en estricto rigor es mas acá, y se ponga la banda presidencial, lustrando el apellido que seguira por los siglos de los siglos. Mientras los soto, los pérez y los huenchur, seguirán sacando merluza en la caleta chuck norris , pensando algun dia, si algunos de esos apellidos “chilenos”, no le roben la esperanza…bueno, es lo que va quedando
¿no?.
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